Hoy es
el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer y no podíamos dejar pasar un día
tan especial para sensibilizar y concienciar a todos de todo lo que rodea a
esta enfermedad. Aunque daremos cuatro datos estadísticos para poneros en
situación, esta entrada está hecha desde la realidad, la experiencia en primera
persona y desde el corazón. Los protagonistas de esta entrada son 6 personas
con vidas diferentes, pero todos ellos tienen en común el haber padecido un
cáncer y hoy, con motivo de la conmemoración de la lucha contra esta
enfermedad, han querido compartir con nosotros su experiencia.
Según
la OMS, en el mundo, existen más de 100 tipos de cáncer diferentes.
-El 70%
de las muertes se producen en los continentes de África, Asia, América central
y Sudamérica.
-Afecta
más a los hombres.
-Los
más frecuentes son el colorrectal, próstata, pulmón, mama y vejiga.
-Causa
millones de muertes en el mundo al año.
-Afecta
a pacientes pero también a sus familiares y amigos.
A
grandes rasgos esta es la idea principal de lo que se cuenta, se dice y se
rumorea. Todo se muestra de forma fría y aterradora pero, ¿es esta la realidad?
¿Es cierto el mensaje que se transmite?
A
continuación, dejaremos de lado los números y los gráficos y os acercaremos al
lado más personal e íntimo del cáncer, esa parte que no suele salir en las
estadísticas y que está centrada en la lucha personal de las personas que lo
padecen. Por privacidad a algunas de estas personas, en algunos casos, no se
mostrará el nombre real al contar su historia.
La
positividad, en la mayoría de los casos, gana al miedo a perder la batalla. No
todos los cánceres son iguales, tampoco lo es el estado o la edad en que se detecta. Todos piden
paciencia durante el tratamiento tal y como nos cuenta Marta, afectada de
cáncer de pulmón con metástasis en los huesos ya que afirma: “…que intente
cooperar al máximo con su tratamiento y se muestre agradecido con sus
cuidadores que invierten tanto tiempo y ganas en los afectados….” “Que se dé
permiso para descansar, que se perdone el engordar, el perder pelo,… estos
cambios físicos no ayudan nada a llevar la enfermedad con optimismo”.
Todo
empieza en la detección. El mundo se te echa encima. No puedes parar de llorar.
Lo peor es el momento en que conoces el resultado de las pruebas y escuchas la
palabra cáncer. No saber en qué estado se encuentra, desespera al igual que
cuando acabas el tratamiento y no vuelves a tener cita médica hasta meses
después ya que no sabes cómo volver a tu vida normal. Susana, afectada de
cáncer de mama, nos explica cómo fue ese instante: “No podía llorar y quería.
No podía articular palabra, sólo pensaba en mis hijos, que no los podría ver crecer
y que era muy joven, no me podía estar pasando. Cuando me iba explicando mi
ginecóloga el procedimiento (mastectomía, quimioterapia,...) era una locura,
como si no fuese conmigo, estaba en shock. Me costó bastantes días asimilarlo.”
El
proceso, afirman todos, es duro, muy duro. Ver como tu físico cambia de un día para otro, tratamientos nuevos,
sensaciones que nunca habías experimentado, cambios de rutina y alimentación. Margy
tuvo cáncer de tiroides y nos explica que fue “largo y duro. Todo es nuevo,
mucha información, tratamientos agresivos, medicaciones, cirugías y, lo peor,
no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo y si todo ese esfuerzo va a tener su
recompensa.” Rosa, afectada de cáncer de ovario, nos cuenta que durante el
tratamiento es importante sentirse bien con uno mismo pero el médico, no hace
mención de ello. Sentirse bien al mirarse al espejo es esencial para que tu
autoestima no se sienta afectada. En el caso de las mujeres, el cambio es más
notable debido a la caída del cabello, las cejas y las pestañas. Por lo tanto,
cuidar este aspecto es muy importante y existen organizaciones que se dedican a
ello. La fundación Oncolliga en Terrassa, Barcelona, ofrece atención
psicosocial a personas con cáncer y a sus familias durante todo el proceso de
la enfermedad brindando apoyo en todas las necesidades que puedan surgir. Las
ayudas que ofrecen están enfocadas en el asesoramiento dietético y de estética
y el apoyo psicológico, social y a domicilio, entre otros servicios. Se destaca
el papel del voluntario/a ya que son los que tienen el contacto más cercano con
el afectado y la familia y su labor está enfocada en ofrecer apoyo en todos los
momentos del proceso siempre y cuando lo necesiten y deseen.
Nunca
pensamos en cosas tan llanas como lavarnos los dientes, depilarse, tomar
cítricos, etc. pero durante la enfermedad, estos aspectos y otros, se deben de tener
en cuenta para facilitar nuestro bienestar y el tratamiento. Saber maquillarse
para estar guapa, colocarse el pañuelo para que te favorezca o ponerte una
peluca es importante para que puedas seguir siendo TÚ.
El
papel del voluntario/a en esta etapa es muy importante. La gente que ha tenido
este tipo de apoyo lo agradece y el que no lo tuvo, lo hubiera agradecido. El
voluntario debe de ser sensible, consciente, responsable y estar preparado para
recibir más de lo que da. Al fin y al cabo, pensamos que será al revés, pero
todo el que lo ha hecho, sabe que no es verdad y probablemente dará un sentido
diferente a tu vida.
Sin
olvidar a los más pequeños, cada año en España se producen cerca de 1400 casos
de cáncer infantil, predominando la leucemia. Aunque la tasa de supervivencia
es de un 80%, no podemos evitar sentir un escalofrío al conocer este tipo de
casos en pequeños. José, ahora ya adulto, padeció cáncer de vejiga con tan solo
2 años. Aunque su infancia fue normal, las secuelas que le han quedado son
varias. Actualmente, tiene la larga enfermedad pero es voluntario siendo
entrenador de fútbol de niños, pues le encantan. Hablar con él fue reconfortante
ya que su positividad y lucha por la vida es algo que hace replantearte muchas
cosas. No se hace pequeño ante las dificultades y cambia de camino si alguno de
ellos le impide seguir.
La
familia también ocupa un lugar importante en la enfermedad. No saber cómo se
siente tu padre, madre, hermano/a o pareja provoca que la enfermedad la lleve
mejor el afectado que la gente que le rodea. Tal y como nos explicaba Rosa, uno
mismo sabe cómo se siente, como está, pero nunca nadie sabrá, por mucho que
expliques, cuál es tu situación real. Lucía, perdió a su madre hace casi 3 años
tras pasar un cáncer de mama con posteriores y repentinas complicaciones. Esto
hizo que su relación familiar cambiara por completo, aprovechando al máximo el
tiempo, así como su perspectiva de vida.
Después
de todo el proceso, las cosas buenas que se sacan de esta experiencia son superiores
a las negativas. Es un momento de reflexión, seguramente de esos momentos que siempre te hubiera gustado tener, pero
que la vida de estrés que llevamos nos impide parar y pensar sobre lo que
estamos haciendo. Todos llegan a la misma conclusión: la vida les cambia por
completo, quedan secuelas, por supuesto,
pero la perspectiva cambia y las prioridades se enfocan en luchar, ser
positivos y disfrutar de las pequeñas cosas. Cambios en las relaciones
sociales, ganas por conocer y descubrir, hacer cosas que querías y nunca
hacías, entre muchas más, son los cambios que surgen en todos ellos. Te da
energía, te abre la mente y te hace perder miedo, ese miedo que en algún
momento nos invade a todos. Y no hablo solo del afectado sino también de los
familiares. Nada vuelve a ser igual, todo vuelve a empezar.
Quedémonos
con palabras como estas:
“Hoy
valoro mucho más la vida, sé lo que es poder perderla e intento disfrutar de
cada día y cuidarme muchísimo. Me interesé por la salud, hice un curso de
nutrición saludable y leí libros muy interesantes sobre el tema. Intento vivir
cada día como si fuese el ultimo, porque algún día lo será” Margy.
“No
siempre la palabra cáncer va ligada a la palabra muerte. Eso es lo primero que
se te pasa por la cabeza pero por suerte hay muy buenos profesionales y
técnicas nuevas. Sí que es verdad que el 90% es actitud y, ¡qué narices! ¡de
todo se sale! Por tu familia, por tus amigos y por uno mismo hay que luchar y, sobre todo, no rendirse nunca.” Susana
“Que
luchen, que el cáncer tiene cura, que la actitud no cura pero te ayuda a
sobrellevarlo. No vivo pensando en el futuro, porque no sé si llegara, vivo el
presente y el futuro a corto plazo, el fin de semana o la semana que viene,
nada más. Mis expectativas son esas, vivir el día a día, se saborea todo mucho
más.” Rosa
Con
esta entrada quiero transmitir que hay que normalizar la situación, que todos
los profesionales que nos atienden sufren con nosotros y se dedican en cuerpo y
alma a su trabajo, que todos los voluntarios/as que ofrecen su apoyo dedican su
tiempo de forma desinteresada, que esta enfermedad es un golpe duro pero que
trae consigo enseñanzas que todos debemos aprender, que hay cosas peores y que
la vida no acaba aquí. ¿Sabías que hay enfermedades peores y sin cura? Sin
embargo, la palabra cáncer es más común, lo padece más gente y eso hace que nos
asuste, pero tiene cura y vale la pena seguir luchando y no rendirse cuando
esta palabra entra a formar parte de tu vida.
Para acabar quería
compartir un vídeo que resume perfectamente todo lo que explico hoy aquí. Este
vídeo no solo sirve para las personas que sufren esta enfermedad sino también
para el resto de personas que están pasando un mal momento. La vida no acaba
aquí.
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Una entrada preciosa que anima a no rendirse nunca <3
ResponderEliminar¡Un beso muy grande!
¡Me alegra qué te haya gustado! Qué nada nos impide seguir :)
ResponderEliminar¡Un beso muy grande!