Cuando
hablamos de voluntariado abarcamos miles de denominaciones, según la duración,
la tipología, la dedicación y la manera de realizarlo. Entre los tipos de
voluntariado según los aspectos mencionados, encontramos el voluntariado social,
el cultural, el de derechos humanos, el corporativo, el desarrollista, el formal
e informal o el familiar, por mencionar algunas de sus variedades. Tanto para
aquellos que acabáis de empezar en este mundo como para los que llevan tiempo y
sienten curiosidad, esta entrada os resultará útil. Os explicaremos la base de
los tipos de voluntariado, aquello que consideramos esencial saber. De esta
forma, podremos ubicarnos mejor y encontrar el que más se adapta a nosotros, a
nuestras cualidades y expectativas.
El
primer paso, y el más importante, es saber el tipo de voluntariado que queremos
realizar. Esta tipología se debe a la disponibilidad de cada uno para
trasladarse más o menos de su zona de confort. Por una parte, encontramos el
voluntariado online, que consiste en una colaboración a distancia llegando
a hacer una gran amplitud de tareas, desde la traducción de textos, gestiones
administrativas hasta difusión de publicidad, etc. Por otra parte, tenemos el semipresencial aquel en el que se
compagina el trabajo presencial y el online en las tareas a realizar dentro de
la colaboración. Por último y el más común, el presencial es el que se
lleva a cabo en persona, al que tienes que trasladarte a un punto de trabajo
concreto.
De este último, en concreto, podemos hablar de dos tipos:
Trato
directo con las personas: Aquel en el que tratas con las personas,
que te relacionas, que trabajas directamente con ellas. Es más cercano, más del
“tu a tu”.
Detrás de
las cámaras: Aquel que hace un trabajo más relacionado con
la programación, archivo o gestión de tareas de un modo más interno. Aunque en
ocasiones es el trabajo que no se ve, esta tarea es clave para un proyecto, ya
que es la que mantiene todo en pie.
Asimismo,
encontramos el voluntariado referente al lugar de actuación, donde llegará tu
“ayuda”. Hablamos de los tres básicos:
Internacional: Aquel
en el que te marchas de tu país de origen, decidiendo salir completamente de tu
zona de confort.
Local: Aquel
que haces dentro de tu población o alrededores.
Por
último, hablamos del tiempo que dedicaremos a nuestra colaboración, ya sean
pocas horas a la semana, jornada completa o superando esta última, según la
necesidad. Los voluntariados de corta
duración tendrían una duración de entre 2 semanas y 1 mes, seguidos de los de
media que estarían entre 1 mes y 3 meses. Por último, el voluntariado de larga
duración serían más de 3 meses ampliándose, mayoritariamente, hasta un máximo
de 2 años. Es importante tener en cuenta que hablamos de aproximaciones, ya que
existen organizaciones que lo plantean de otra manera; aunque con diferencias
no muy apreciables a las que os comentamos.
Cabe
decir que no todas las colaboraciones con organizaciones que trabajan en ámbito
internacional son necesariamente presenciales, puesto que hay muchos trabajos en
línea que se deben realizar – como la gestión de redes sociales, traducciones o
el contacto con los voluntarios - y son claves para su mantenimiento. Así que,
podemos jugar un poco con ello y fusionar varios tipos de voluntariado según
nuestro perfil y preferencias.
Y es
que después de ver las diferentes maneras de realizar un voluntariado, ya no
hay excusa ni límite que pare vuestras ganas de realizar uno. Por poco que
pueda parecer, toda ayuda cuenta. Todos los tipos de voluntariado son una pieza
clave para cada una de las causas que persigan.
Animaros
a dar el paso, el equipo de Oriéntate en tu Voluntariado será vuestro apoyo.
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