Hablé
sobre mi experiencia en la primera entrada pero nunca me extendí sobre ello. Mi
trabajo desde que empecé se ha centrado en el voluntariado, quizás por la
dificultad en encontrar empleo, por ponernos las cosas tan difíciles los
últimos años, quizás… ¿Quién sabe? Aun así, siempre lo he hecho de corazón, con
ilusión y con ganas de superarme cada día más. Así empezó mi andadura en este
mundo y aún, como podéis ver, sigo en ello. Por algo será, ¿no?
Todo
empezó hace 5 años. Quizás mi sentimiento de colaborar surgió mucho antes, pero
no se hizo realidad así que cuando me dieron la oportunidad no me lo pensé dos
veces. Me ofrecieron dar de comer a una pequeña con parálisis cerebral en una
escuela que, como muchas otras, sufría la situación de la crisis al quitarle la
subvención que le permitía tener ese recurso y me comprometí a estar con ella
todos los días durante aquel curso escolar. Cada día aprendía más y más de ella
porque, si una cosa está clara es que, los voluntarios, aprendemos muchísimo y
aunque también aportamos mucho, nosotros recibimos algo mayor. Esa experiencia
me animó a estudiar para monitora y, con el paso del tiempo, lo que soy ahora:
integradora social.
La
discapacidad es un mundo amplio en el que por mucho que creas saber, siempre
aprendes algo nuevo que te sorprende. La paciencia te fluye aunque nunca la
hayas tenido. La imaginación crece cada día más. Las ganas por ver como se supera,
mucho más. Querer aprender y saber, saber, saber,… Aprendí a hablar con
pictogramas, a utilizar ordenadores adaptados con una tecnología que se escapa
de nuestras manos, a entender el lenguaje corporal y sus sentimientos con solo
una mirada. Me abrí y perdí parte de mi vergüenza al hacer tonterías solo por
conseguir una sonrisa y más, mucho más.
Esa
experiencia me abrió la mente. Me animó a estudiar, a aprovechar las
oportunidades y a ser más valiente.
Cuando
tu vocación es esto, no hay más que decir.
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¡Hola! Que bonita experiencia, me alegro mucho de que disfrutes haciendo lo que más te gusta y lo que consideras tu vocación. Y gracias por compartir tu experiencia para que otros puedan leerte y saber que no hay nada de malo en ser voluntario (aunque no ganes nada, que hay gente que siempre se deja llevar por el dinero. ¿Qué se le va a hacer cuando las cosas están como están?). Por cierto, tienes un blog muy bonito y, por lo que he visto, ordenado. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarSaludos.
¡Mil gracias por tu comentario! Todos debemos compartir aquellas experiencias que han marcado nuestra vida porque seguramente, tu historia, ayude a otros.
ResponderEliminar¡Me alegra que te guste el blog!
Un abrazo :)